
Nada de sucumbir a los trapicheos, chantajes o bien amenazas
El cambio de roles hay que comenzarlo mucho ya antes de llegar a la cama. En la cena, a lo largo de la tarde o desde el momento en que comienza el día pueden intercambiarse las funciones. Ayuda mucho que cada uno entregue al otro simpáticas notas en las que describe las caricias que le gustaría dar y percibir.